Octubre de 2016, Córdoba
La ausencia de Messi transforma a Dybala, de gran momento en Juventus, en el eje del grito popular. Porque se trata del crédito local, del chico de Laguna Larga que mostró sus primeras glorias personales en Instituto.
En la previa es el más pedido por la gente, pero también por la prensa. Diarios locales, como la Voz del Interior, se hacen eco del error de Bauza al mencionar, tras el empate con Perú, que en Instituto Dybala a veces arrancaba desde la derecha. "Siempre jugó de centrodelantero o mediapunta, nunca por derecha", le corrigieron al Patón.
Entonces, ya no solo le piden que lo ponga, sino que lo ponga en donde lo tiene que poner. Su apellido es un reclamo local en primera instancia, pero termina como un grito de guerra, incluso segundos después del penal fallado por Agüero. Del "Dybala, Dybala, Dybala" se pasa al "poné a Dybala, la p... que te parió". Bauza no tiene otra que ponerlo.
Y lo pone. Y también pone más delanteros. La gente, a su vez, pide que pongan más huevos. Y luego más tarde pide que pongan a Icardi. Pero también que pongan a los de acá, que tienen más hambre. Aunque el Patón ya puso a alguno de acá (Más y Alario) y de acá cerca (Pratto). También lo puso a Gaitán, de buenas actuaciones en otras apariciones.
Y tras su ingreso en Lima, se pidió que se ponga a Banega de arranque. Y lo puso. También pusieron las canchas del interior, donde la falta de contacto con las estrellas iba a generar un apoyo incondicional.
Y no hay caso, no transmite enamoramiento, identificación, más allá de las idolatrías personales como puede generar un fenómeno interplanetario como Messi, o una joya local como Dybala o el corazón de Masche. Hoy, tras caer 0-1 ante un débil y joven Paraguay, la Selección Argentina se va abucheada, como contra Ecuador en el Monumental.
Quizá también pidamos ahora que pongan otra técnico, ni hablar otros jugadores, que estos ya no sirven. No estamos en contra de este tipo de pedidos, que cada uno tiene su razón justificada. ¿Pero qué les hace pensar que estos no y otro sí?
Sin que se den cuenta, aquellos que van pidiendo, van desfilando, uno por uno. Y van pasando por una máquina trituradora, que se comió (o casi) a Messi, a quien solo su talento sobreterrenal lo ha salvado una y otra vez, pero generándole tal presión que tuvo la intención de dejar todo.
El fútbol es un deporte colectivo, y poco y nada se puede arreglar poniendo y sacando nombres. Aunque también es fútbol, y a veces hay combinaciones que sí potencian efectos, soluciones individuales que pueden tapar una crisis, Messis, Maradonas, que tiran por la borda estas ideas.
Pero esta Selección hace años que juega por debajo de sus capacidades, y eso es un problema estructural. No podemos pasarnos la vida culpando a Higuaín, a Di María, a Agüero, a Tevez, para luego culpar a Dybala, Alario o Icardi, y así para siempre. Dejemos de poner nombres, y pongamos rigor y paciencia. Al menos para el análisis.
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